¡Bienvenidos!

Lean, comenten y compartan. ¡Gracias por su visita!

miércoles, 14 de abril de 2010

Digan Hola a Míster Violencia

Hay una bestia en todos.


Sueño con lastimarte a ti, a tus hermanos, a tus padres y a tu perro. No estoy hablando de insultos, comentarios indiscretos o ácidos chismes a tus espaldas; hablo de molerte a puñetazos, pisotearte el rostro y patearte el pecho hasta que quede un cráter. No me preguntes por qué. Sería como preguntarme por qué respiro.

La verdad es que no te conozco y difícilmente me voy a interesar por cambiar ese hecho. Carajo. Lo mas probable es que jamás crucemos miradas; pero en el desafortunado caso de que así fuera, te aseguro que verías a un tipo rudo, loco y desatado.

También te irías sin un solo rasguño, y eso porque encima de todo soy un cobarde. Podía hablarte a detalle –y ad nauseum- sobre el coma en el que te dejaría si se me viniera en gana ponerte las manos encima, pero luego te reirías al verme titubear o, peor aún, huir. No es que sea débil, o que le tema al dolor. Simplemente me corroe la enfermedad de la incertidumbre y la falta de espontaneidad, como seguro a ti también te sucede. Tú y yo estamos anclados por una clase de miedo tan mordaz que encontró la manera de volverse aceptable: el miedo a las consecuencias y lo desconocido. Así que, cuando piense en destrozarte, encontraré mi supuesto plan perfecto mas emocionante que lo que sucedería en realidad, donde todo saldría en mi contra. Lo curioso es que seguro no te mataría, mutilaría ni violaría, así que no debo estar tan deschavetado. Considérate afortunado.

¿Conoces a Nicky Santoro, de la película Casino? Ese es la clase de tipo duro que me gustaría ser, llevando trajes caros y anillos que me costarían ahora tres años de salario, usando gafas tan negras como mi interior y caminando con el mundo extendiéndose a mis pies. Como Nicky quiero tener el poder para doblegar a otros y humillarlos a voluntad, excitándome con su miedo. Quiero ser la ley en las calles, el enemigo público, la mala influencia para tus hijos. No ansío mas que una muerte cobarde después de incontables intentos por ponerme en mi lugar de parte de enemigos y traidores, ni anhelo otra cosa que no sea jugar al póker y tomar cerveza con el diablo cuando mi tiempo en la tierra se termine. Quiero que pongan una lápida podrida sobre mi tumba que lleve inscrita “Violencia y Maldad” bajo mi nombre, en letras que puedas leer a kilómetros de distancia, y que la fosa en la que me entierren lance smog, cenizas y azufre por toda la eternidad.

Es una lástima, ya que seguro nada de eso va a pasar. Todo porque no puedo atreverme a dejar que mi verdadera naturaleza siga su curso. Me han domesticado como a ti para seguir reglas y temerle a todo: a los padres, la policía y a Dios. Soy un eunuco, un culón, y a pesar de ello el hecho de que acepto mi situación y verdadera identidad seguro me hace mejor persona que tú.

En fin. ¿Qué se le va a hacer? Sigue tu aburrido camino y vete sin cuidado, que por mas que lo desee te voy a dejar en una sola pieza; no obstante, jamás se te olvide que cuando el día muera y las centellas de esta veloz ciudad aúllen, en los sueños de sangre que mis frustraciones han erigido, te voy a borrar esa estúpida sonrisa de la cara. A ti y al idiota que puede tengas o no al lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario